DIAGNÓSTICO Y ORIENTACIÓN PSICOPEDAGÓGICA
4 CURSO GRADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Grupo “Clave de Fa”: Cristina Cuesta Jiménez
CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Y OPERANTE
El Conductismo utilizó el condicionamiento
clásico y el operante para explicar el aprendizaje de muchas de las conductas
que estudió. El condicionamiento clásico y el operante tuvieron como
precedentes los descubrimientos de dos investigadores, fundamentalmente, Pavlov, aunque sus ideas no eran
conductistas va a proporcionar al Conductismo las bases de uno de sus
paradigmas fundamentales el condicionamiento clásico, y Thorndike, el cual creó el antecedente al paradigma operante de Skinner.
Se
llama condicionamiento clásico a la
creación de una conexión entre un estímulo nuevo y un reflejo ya existente. De
una manera más concreta se ha venido definiendo como el aprendizaje según el
cual un estímulo originariamente neutro, con relación a una respuesta, llega a
poderla provocar gracias a la conexión asociativa de este estímulo con el
estímulo que normalmente provoca dicha respuesta.
El Condicionamiento Clásico
Se
trata de un aprendizaje, porque aparece una nueva conducta. Es decir, una nueva
relación estímulo‑respuesta y además esta nueva relación
es producto de la experiencia.
El
condicionamiento clásico parte del descubrimiento del reflejo condicionado por Pavlov, a partir de una investigación
que estaba realizando sobre el funcionamiento de las glándulas digestivas. Pavlov
utilizaba perros para hacer sus experimentos. Les daba comida y registraba
algunas de las respuestas glandulares que los animales daban ante el alimento.
Una de esas respuestas era la secreción salival.
Lo
que resulta sorprendente es que Pavlov lograra que los perros dieran esta misma
respuesta fisiológica, la salivación, ante un estímulo neutro que inicialmente
no producía esta respuesta. Este estímulo neutro era el sonido de un timbre.
El
procedimiento fue, aproximadamente, el siguiente: cada vez que se le daba
alimento (EI) al perro, hacía sonar un timbre (EC). Después de repetidas
asociaciones entre estos dos estímulos, comida (EI) y sonido del timbre (EC),
comprobó que el perro salivaba (RC) con la sola presentación del sonido del
timbre. Esto significaba, que el organismo del animal había aprendido a emitir
la respuesta de salivación (RC), ante un estímulo, inicialmente neutro,
diferente (EC) del natural. A este proceso de aprendizaje es a lo que se denominó
condicionamiento clásico.
En el
caso del experimento de Pavlov el estímulo era positivo, pero también se puede
producir condicionamiento clásico con un estímulo negativo o aversivo. Vladimir
Bechterev empleó un método esencialmente igual al del experimento de Pavlov,
pero en lugar de un estímulo positivo, utilizó uno aversivo. Un estímulo
neutro, sonido (EC) se hizo seguir de una descarga eléctrica (EI) en una de las
patas delanteras del perro. El sonido no tuvo inicialmente ningún efecto sobre
la conducta del perro, mientras que la descarga suscitaba siempre una respuesta
de flexión (RI). Sin embargo, después de sucesivos emparejamiento, la respuesta
de flexión de la pata (RC) apareció también ante el sonido solo. En este caso
también se produjo un condicionamiento, un estímulo inicialmente neutro fue
capaz de producir una determinada respuesta, pero a diferencia del experimento
de Pavlov el estímulo utilizado para provocar condicionamiento fue aversivo,
una descarga eléctrica.
En el
condicionamiento clásico vio Watson
la explicación lógica de cómo se desarrollaba y modificaba la conducta. Watson
pensaba que los estudios de Pavlov revelaban que todas las formas de conducta,
independientemente de su complejidad, se podían reducir a una serie de patrones
estímulo‑respuesta. Opinaba que la tarea de la psicología era estar en
condiciones de determinar que estímulos habrían de producir una respuesta
particular.
El
Condicionamiento Operante
El
condicionamiento clásico constituye un proceso fundamental de aprendizaje. Para
muchos psicólogos hay un segundo proceso de aprendizaje, el condicionamiento instrumental u operante,
que se diferencia del condicionamiento clásico en sus leyes y principios
fundamentales.
En la
misma época que Pavlov trabajaba en Rusia, un psicólogo americano, E. L. Thorndike, estudiaba la relación entre
el comportamiento de los animales y los sucesos contextuales significativos
(premios o castigos). Al igual que los experimentos de Pavlov fueron los
precursores del condicionamiento clásico, los experimentos de Thorndike lo
fueron del condicionamiento operante.
Thorndike
estableció las bases de un principio simple pero importante, que se llamó ley
del efecto, la cual afirma que cuando una respuesta es reforzada se hace más
fuerte en el sentido que tenderá a repetirse en el futuro. La ley del efecto
fue la piedra angular del condicionamiento operante. Thorndike llegó a esta
conclusión tras una serie de experimentos con gatos, perros y gallinas que
encerraba repetidamente en cajas experimentales (llamadas cajas problema).
En
uno de sus principales experimentos, Thorndike colocó a unos gatos hambrientos
en una caja problema, cuya puerta se abría cuando se golpeaba un pestillo
situado dentro de la jaula, permitiendo así al gato acceder a la comida que se
encontraba en el exterior junto a la caja. Cuando Thorndike introdujo por
primera vez a los gatos en la jaula, estos se agitaban desordenadamente de un
lado para otro, como buscando la forma de escapar. Sin embargo, después de
cierto tiempo los gatos golpeaban inevitablemente el pestillo permitiéndoles
comer tras abandonar la jaula. A medida que se repetía esta situación, la
conducta de los gatos fue haciéndose más eficaz, necesitando cada vez menos
tiempo para golpear el pestillo en los siguientes ensayos. Había aparecido un aprendizaje,
los gatos habían adquirido una nueva conducta ante cierta situación, fruto de
la experiencia. A este tipo de aprendizaje se le denominó instrumental u
operante, porque la conducta del animal era instrumental para obtener la
consecuencia deseada (en este caso la comida).
En el
condicionamiento operante, igual que en el clásico, el estímulo utilizado, para
producir aprendizaje, puede ser positivo o aversivo. Un ejemplo de
condicionamiento instrumental aversivo consiste en administrar al animal, a
través de una rejilla situada en el suelo de la jaula, una descarga eléctrica
que el animal puede interrumpir apretando una pequeña palanca que sobresale de
una de las paredes de la jaula. Al principio, el animal salta violentamente
intentando escapar de la descarga y, como en el experimento de Thorndike, en
algún momento golpea la palanca (que interrumpe la descarga). Tras un corto
período de tiempo, el proceso vuelve a repetirse y se observa que a medida que
avanza el entrenamiento el animal aprende a interrumpir la descarga
inmediatamente después de su presentación. La respuesta, al igual que en el
caso anterior, es instrumental para escapar de la descarga dolorosa.
Posteriormente,
Skinner, psicólogo neoconductista
distinguió entre conducta respondiente y conducta operante. La conducta
respondiente es aquella elicitada por el estímulo mientras que la conducta
operante es la emitida libremente por el individuo.
Según
Skinner los elementos básicos del condicionamiento instrumental u operante son:
El estímulo
discriminativo que hace que se desencadene la conducta al indicar que el
refuerzo está disponible.
La
respuesta que es emitida por el organismo, no evocado por el estímulo.
Y el
refuerzo, que es cualquier estímulo que intensifica la conducta precedente.
Existen reforzadores primarios positivos y negativos. Los primeros refuerzan de
forma natural al organismo como la comida o la bebida. Los segundos son
aquellos perjudiciales para el organismo como una descarga eléctrica. Cuando un
reforzador negativo desaparece como consecuencia de la realización de una
determinada conducta, la probabilidad de que se produzca dicha conducta
aumenta.
Según
sea el resultado positivo o negativo de la conducta del individuo y el tipo de
reforzador deseable o aversivo se obtienen los cuatro procedimientos utilizados
en condicionamiento instrumental u operante: recompensa, castigo, omisión y
escape-evitación.
Skinner
no defiende la utilización del condicionamiento de castigo porque cree que su
efectividad es temporal y cuando la amenaza de recibir el castigo desaparece,
vuelve a aparecer de nuevo la conducta no deseada que intenta hacer
desaparecer. Cree que es más importante averiguar qué es lo que refuerza esta
conducta no deseada para dejar de reforzarla.
Las diferencias entre el condicionamiento
clásico y operante
Una
de las formas más sencillas de recordar las diferencias entre el
condicionamiento clásico y operante es centrarse en si el comportamiento es
voluntario o involuntario. El condicionamiento
clásico consiste en hacer una asociación entre una respuesta involuntaria y
un estímulo, mientras que el condicionamiento
operante se trata de hacer una asociación entre un comportamiento
voluntario y una consecuencia.
En el
condicionamiento operante, el alumno
también es recompensado con incentivos, mientras que el condicionamiento
clásico no implica ningún tipo de incentivo. Asimismo, recuerda que el condicionamiento clásico es pasivo por
parte del alumno, mientras que el condicionamiento operante requiere al alumno
a participar y realizar algún tipo de acción con el fin de ser recompensado o
castigado de forma activa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario