jueves, 1 de diciembre de 2016

REFLEXIÓN INDIVIDUAL: "LA ESTIMULACIÓN"

DIAGNÓSTICO Y ORIENTACIÓN PSICOPEDAGÓGICA
Grupo “Clave de Fa”: Cristina Cuesta Jiménez
  


Reflexión Individual: “La estimulación”

Gracias a los adelantos en las distintas ciencias sabemos que los niños y niñas están llenos de capacidades en potencia que tienen que desarrollarse en un momento determinado.

Cuando los aprendizajes no se producen en el tiempo que le corresponde, en el momento clave, será complicado recuperarlos después.

En las edades con las que estamos trabajando puede ocurrir que un niño o niña no adquiera un determinado aprendizaje, que sea más lento o que presente problemas. Está comprobado que la detección precoz de estos retrasos los hace mucho más resolubles y con más probabilidad de éxito. Por el contrario, los niños cuyos retrasos en el habla o el caminar se han pasado por alto suelen presentar problemas posteriores.

Es función de los padres dotar a sus hijos de experiencias que provoquen el desarrollo de su potencial en el sentido más amplio de la palabra. Hacerlo es estimularlos y dar calidad al tiempo y a la relación con ellos.

Practicamos la estimulación cuando realizamos acciones encaminadas a potenciar y desarrollar respuestas en el niño o la niña para que lleve a cabo comportamientos que hasta el momento no practicaba o lo hacía con poca frecuencia.

A día de hoy, sabemos, qué capacidades es posible desarrollar en cada momento evolutivo del niño y establecer una serie de actuaciones que, presentadas de forma lúdica y dentro de las distintas rutinas de casa, provoquen nuevos aprendizajes. La suma de estas acciones, unida a los cuidados, miradas, palabras, mimos y juegos que realizamos con los niños y niñas, alientan respuestas de tipo motor, cognitivo y afectivo – relacional que van a ir construyendo habilidades y capacidades superiores más complejas.

¿Por qué estimular precozmente?

La correcta estimulación implica un conjunto de acciones encaminadas a proporcionar al niño las experiencias que necesita para desarrollarse y, cuánto más precoz sea la aplicación de estas acciones, más eficaces serán. La estimulación requiere una intervención global, nunca una sola actuación.
Para estimular al niño hay que tener conocimientos sobre la materia. Lo primero que debemos saber es que el ambiente es ya de por sí estimulante. Las voces, los ruidos, la luz, los sonidos, y la temperatura comienzan a influir sobre nuestro hijo desde antes del nacimiento.

¿Para qué estimular? Para que el aprendizaje sea óptimo y se realice en el periodo adecuado.

¿Por qué empezar cuanto antes? Porque el bebé tiene momentos idóneos para aprender, estadios críticos que no hay que desaprovechar.

La importancia de la estimulación

Cualquier experiencia que facilitemos al niño, incluso antes de nacer, le estimula y, como consecuencia, le ayuda a desarrollar todo el potencial del que goza y que no sabrá utilizar si no cuenta con un guía, un maestro que le ayude a emplearlo.
En los cuatro primeros años, el pequeño realiza los aprendizajes más importantes de su vida. Y son los padres quienes deben procurar que sus capacidades se desarrollen en el momento adecuado. Para ello, deben disfrutar con su hijo de un tiempo diario de estimulación, basado en jugar, programas, actividades, hablar, coleccionar, compartir aficiones, aprender juntos, etc.

Estimulación antes de nacer

El feto está completo a los tres meses, aunque aún le queda mucho por desarrollar y crecer. Las nuevas técnicas nos muestran un diminuto ser que se mueve en el líquido amniótico, parpadea, se chupa el pulgar y agita brazos y piernas. A partir del cuarto mes puede percibir cómo el corazón de la madre bombea sangre. Su sonido rítmico funciona como una nana, le calma. Hacia el sexto mes de gestación es capaz de notar las voces: ya podemos hablarle, ponerle música, cantarle.

Una buena idea es acudir a clases de natación para embarazadas. La finalidad es que la madre ejercite su musculatura para el momento del parto, pero si el del oído ya formado, también se estimula su sentido del equilibrio.

El bebé llega al mundo con el sentido del tacto desarrollado. Durante la gestación, el hecho de acariciar el vientre materno estimula su sensibilidad táctil. El olfato y el gusto están plenamente desarrollados en el momento de nacer. Nada más llegar al mundo, el bebé distingue el olor de su madre.

Desde que el bebé nace

A partir del nacimiento y hasta los tres o cuatro años, el niño hace las adquisiciones más importantes de su vida.

Con el nacimiento deja de depender del alimento y el oxígeno de la madre y empieza una carrera de crecimiento imparable como ser autónomo. No es un ser pasivo, sino que trabaja duro en su proceso de desarrollo.

Nace inmaduro. El cerebro, inicia desde el momento de nacimiento una carrera para aumentar su peso y tamaño. Al igual que la gimnasia, desarrolla los músculos, ejercitar el cerebro del bebé le lleva a realizar una serie de conexiones y circuitos muy complejos para procesar la información recibida.

La estimulación crea niños felices

Algunas de las razones por las que es necesaria la estimulación son:
    • Fomenta el contacto físico con los adultos.
    • Atiene las necesidades del niño, mediante la aceptación, el respeto y el amor de los padres.
    • Permite que los padres y su hijo se conozcan, que establezcan una relación afectiva positiva para ambas partes.
    • Aprovecha los momentos clave para desarrollar la inteligencia. Las experiencias que se le proponen al pequeño amplían sus capacidades cuando puede desarrollarlas, nunca antes.
    • Forma la personalidad del niño, aumenta su autoestima y fomenta su inteligencia y el desarrollo de sus capacidades.
    • Posibilita la detección precoz de problemas y retrasos en el desarrollo.
    • Pone en evidencia las capacidades del niño.
    • La estimulación requiere:
    • El desarrollo de vínculos afectivos, el buen humor, el trato amable y cariñoso.
    • La creación de un espacio físico agradable, motivador, divertido e higiénico dentro de la casa.
    • El uso de espacio abiertos.
    • La utilización de materiales múltiples, domésticos, reciclables, comerciales.
    • El juego como eje central de todas las actividades.
La teoría de las ventanas

Algunos investigadores llaman ventanas a los periodos en que la oportunidad para que se desarrolle una determinada capacidad es óptima.

Si no se estimula el cerebro durante ese tiempo específico, esa ventana se cierra.

A continuación, enumero las ventanas clave de desarrollo, es decir, los periodos óptimos para procurar el aprendizaje de cada una de las capacidades del niño:
    • Relaciones sociales: de 0 a 18 meses.
    • Habilidades motrices: de 0 a 4 años.
    • Habla y conversación: 0 a 3 años.
    • Matemáticas y lógica: de 1 a 4 años.
    • Música: de 3 a 12 años.
    • Aprendizaje de un idioma extranjero: de 0 a 10 años.
Si una ventana se cierra, puede que ya no se vuelva a disponer del potencial de desarrollo, es decir, se están desperdiciando los momentos idóneos para que el niño aprenda. Si esa oportunidad pasa, no significa que ya no se pueda hacer nada, pero sí que el aprendizaje entrañará mayor dificultad.

La teoría de las ventanas viene a decir “ahora o nunca”, y éste tendría que ser el lema de los padres al estimular a su hijo. El cerebro infantil está dotado de una increíble plasticidad. Oímos frecuentemente decir que los niños son “como esponjas”. Ésa es la plasticidad cerebral, la capacidad que tiene cada una de las neuronas para conectarse y desempeñar funciones nuevas.

La aplicación de experiencias estimulante será mucho más eficaz si el padre y la madre se ponen de acuerdo en qué hacer y cómo:
    • Si queremos potenciar el desarrollo integral del niño, todas las actividades de estimulación deben estar coordinadas.
    • Los medios que empleemos para trabajar con el pequeño han de ser elegidos por los dos.
    • Los padres son los jefes del equipo: deben ponerse de acuerdo en los objetivos que hay que conseguir.
    • El control emocional y el del tono de voz deben ser los mismos en el padre y en la madre.
      Para unificar criterios, lo más eficaz es dialogar.

La falta de estimulación

Existe una gran diferencia en la actitud de los padres que se preocupan por la estimulación de su hijo y los que no, visible ya en los primeros meses de vida.

Los niños a los que no se estimula pasan mucho tiempo acostados o sentados en el mismo lugar y se les habla sólo lo indispensable. Es como si se les tratara con indiferencia.

El desarrollo de la mente depende del establecimiento de la red que conecta unas neuronas con otras; cuantas más experiencias tenga el niño, más conexiones harán esas neuronas, que se comunican por impulsos eléctricos. Esto lo tienen claro los padres que le dedican tiempo de calidad a sus hijos en vez de limitarse a pasar tiempo con ellos.

La falta de estimulación, da lugar a niños con pautas de desarrollo atrasadas: levantan su cabeza tarde, su lenguaje evoluciona tarde, son apáticos, sonríen poco, etc.

Las áreas a estimular

Cuatro son las áreas a estimular: la motora, la cognitiva, la del lenguaje y la social. Para saber por qué debemos hacer con el niño distintos ejercicios es preciso conocer primero qué adquisiciones tiene que ir haciendo según su edad. Es necesario saber, que cada niño tiene sus propias características personales y que los tiempos sólo sirven de orientación. Sobre todo, y lo más importante es que no cese en la adquisición de capacidades.

Reflexión final

A los padres les preocupa, saber si están haciendo lo correcto con su hijo; se suelen preguntar cuándo estimularle, cómo, de qué manera. Lo primero que deben saber es que estimular al niño mediante actividades lúdicas en el tiempo que pasan juntos es hacer lo correcto. Deben convencerse de la importancia que tiene la estimulación por las siguientes razones:
    • Desarrolla la inteligencia.
    • Potencia la memoria.
    • Estimula la creatividad.
    • Construye los cimientos de una autoestima sólida.
    • Fomenta la iniciativa.
    • Impulsa el potencial que tiene el niño al nacer.
    • Consigue que el desarrollo sea más rápido.
Con las experiencias que les facilitamos a los niños, estimulamos su inteligencia y su creatividad. En el futuro, lo agradecerán, porque con ayuda desarrolló sus recursos internos.

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